lunes, 30 de noviembre de 2015

La apropiación urbana como arte

Conversamos con el Doctor en Arquitectura, Julio Gaeta.
Le pedimos que elaborara un texto de reflexión acerca de cómo el graffiti se relaciona con el espacio público, y que significa apropiarse del espacio urbano como tal. 
Acá compartimos una reflexión que nos concierna a todos:




Sobre las ciudades y el espacio público

      En 1900, de cada diez habitantes, sólo uno era urbano; 50 años después esta relación había cambiado a 3 de cada 10 y, actualmente hemos llegado al momento en el que los habitantes urbanos han superado a los que viven fuera de las ciudades; es decir la tasa de urbanización en el mundo franqueó el umbral del 50 por ciento. 
Estos datos nos llevan a reflexionar sobre la importancia de la ciudad en la actualidad y los nuevos desafíos a los que las ciudades y las comunidades urbanas se enfrentan.
      De cara a esta nueva realidad, las ciudades deben ser entendidas y vividas de otra manera; con una actitud más colectiva, más democrática, menos individualista, rompiendo ciertas normas y dando paso a otras nuevas reglas. 
     Una posible manera de aproximarse al concepto de ciudad radica en estudiar la relación entre lo construido con lo no construido, entre la relación de pertenencia y apropiación versus la posible exclusión de la gente, la relación entre el espacio privado y el espacio público y, dentro de esto el pensar en edificios y espacios públicos como partes de un sistema mixto que construya comunidad. 
Sin comunidad urbana no existe vida colectiva y sin vida colectiva no existe una ciudad real. 

      Desde esta óptica el espacio público es el verdadero estructurador espacial y social de la ciudad y por lo tanto es el elemento constructor de apropiación y de pertenencia. 
       Sin apropiación, los espacios no se utilizan y, si no hay uso, no se genera comunidad, no se construye vida colectiva y por lo tanto, se niega la verdadera esencia de ciudad. 
                                           

Sobre el espacio público y el graffiti

            En ese sentido, estas formas de arte urbano que se dan en estos espacios públicos no debieran ser leídas e interpretadas como expresiones de ilegalidad y sí como manifestaciones de apropiación, de pertenencia e identidad; porque solo actuamos con legitimidad sobre lo que nos es propio.
Dicho de otro modo: ¿Cómo puede ser considerada ilegal una expresión artística ó comunicacional en un lugar que nos es propio? Resulta pertinente poder al menos cuestionar esta condición.

Entonces, si es cierto que el espacio público urbano es un espacio de pertenencia donde se dan y se han dado las principales manifestaciones cívicas y populares; si es cierto que el espacio público es el escenario donde miles de personas se han manifestado en contra de abusos del poder y es aquí donde se han logrado importantes reivindicaciones; si es cierto que es el lugar donde se han rendido homenaje a “héroes sociales”; ¿por qué entonces una expresión artística como el graffiti debiera estar prohibida? ¿Por qué no aceptarla como una expresión más de la ciudadanía, una manera muy importante y fresca, espontánea, directa y de fuerte impacto de expresar, denunciar y comunicar. 


Un posible caso de estudio: Memorial a las Víctimas de la Violencia en México y la apropiación

      El conjunto de elementos propuestos en el proyecto arquitectónico –muros, vacíos, senderos--, se sumaba al bosque y constituía un primer gesto proyectual que no quería protagonizar, se resistía a generar una marca definitiva y acabada; la intención del proyecto era fundirse en el paisaje y generar solo un primer disparo para dar paso al gran comienzo: EL PROYECTO DE LA GENTE. 

    Siempre hablamos de un proyecto de construcción colectiva y social; que incluso nace desde el proceso, ya que en el estuvieron presentes víctimas y familiares de víctimas; en conjunto arquitectos y estos actores se fue madurando la idea elegida en el concurso. 
En nuestra propuesta el proyecto memorial se iría construyendo gradualmente, luego de su apertura y con el paso del tiempo, seguiría la apropiación de la gente, a partir del uso y de plasmar sentimientos plasmados en textos, nombres y dibujos; para hacerlos parte de estos muros, parte del memorial.

Así lo pensamos y lo que sucedió fue aún mejor.  
Al soporte material de los setenta muros de acero, un día se sumaron, a modo de graffitti, cientos de textos, otro día fueron dibujos, a los que se sucedieron más y más; otro día aparecieron más de 10,000 nombres instalados por el Comité de Familiares de Víctimas del 68 y en el mismo acto, el Memorial fue renombrado para llamarse Memorial a las Víctimas de la Violencia de Estado; otro día también surgieron cientos de dibujos y, cada 2 de noviembre se llena de flores, otros días hubieron eventos con niños, otro con palomas y así sigue, y así seguirá.

Solo de este modo el proyecto se irá completando ó mejor aún, nunca se llegará a completar ni finalizar, siempre se sumará, siempre estará en permanente transformación. 

Con el tiempo se irán sumando eventos, miradas, recorridos, textos, dibujos, años y capas de óxido que luego se lavarán con las lluvias año tras año, semana tras semana y, volverá a suceder una y otra vez; comenzará un ciclo, terminará y volverá a comenzar otro y nunca se acabará..., 

Y de ahí el proyecto colectivo de memorial como una pregunta permanente, abierta y sin responder. 

Será siempre un proyecto en movimiento, por siempre dinámico y vivo, para siempre abierto y en construcción, eternamente inacabado.
Al cierre de esta convocatoria existen en el Memorial:
Más de 10,000 nombres de víctimas, la mayoría de ellos instalados por el Comité de Familiares del 68
Más de 50 dibujos, que se suman a los más de 1000 dibujados anteriormente
Más de 20 eventos cívicos celebrados
Una recalificación y cambio de nombre a Memorial a las Víctimas de la Violencia de Estado
Miles de  historias y mensajes borrados y vueltos a escribir…, 




Acerca del autor:

Julio Gaeta, es uruguayo-mexicano.
Doctor en Arquitectura en el área de Teoría, Historia y Crítica de la Arquitectura por la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, UFRGS, Brasil y Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de Montevideo, UDELAR, Uruguay.
Desde el año 1985 combina la actividad profesional con la académica desempeñándose como Arquitecto Proyectista, Docente e Investigador en temas de arquitectura y ciudad. 
En 1991 funda en Montevideo ELARQA, un centro de investigación y editorial en temas de arquitectura y ciudad. Desde esta plataforma ha sido autor y editor de más de cien títulos publicados en arquitectura y temas urbanos.
En México es Creador Artístico y Miembro del Sistema Nacional de Creadores, FONCA-CONACULTA y autor de importantes proyectos de espacio público entre ellos el Memorial a las Víctimas de la Violencia y el Mercado Nave Menor La Merced; autor de MEP-MX, Mapeo del Espacio Público.
Twitter: @juliogaeta

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